Coromoto, patrona de la Piedrita

Coromoto,  patrona de la Piedrita

Mucho ha dado de que hablar, tanto dentro como fuera del país el mural de Coromoto, la patrona de la Piedrita. Plasmado en una la larga pared de la av. principal de Sierra Maestra en el 23 de Enero, este mural, representación de la mujer en armas, de lo sagrado e irreverente junto, ha pasado a ser uno de los trabajos artísticos mas controversiales de Nelson Santana dentro de su casi cuarenta años de vida como muralista plástico.

Condenado por el clero de la iglesia católica, satanizado por los medios privados de la ultraderecha venezolana y silenciado en los  oficiales y sus funcionariato, el mural de Coromoto, la patrona de la Piedrita ha planteado el debate: hasta donde llega la libertad del artista, en este caso del muralista, para expresar libremente, sin ambages sus convicciones ideológicas en su arte, sobre todo cuando este toca y despíncela irreverentemente el convencionalismo sagrado, poderosa arma de subyugación de los pueblos por parte de los poderosos.

El mural de Coromoto Patrona de la Piedrita, no ha recibido  solidaridad alguna de parte de algún gremio artístico dentro del país y mucho menos de voceros del cacareado Ministerio del Poder Popular para la Cultura. No han querido entrar en el debate por una sola razón, no representan el poder popular y mucho menos su expresión contestataria de arte.

Su elitista noción de la cultura esta alejada de las paredes de los callejones y barrios por que aun representa a la clase dominante del país. Y no es que el pintor de la Coromoto Patrona de la Piedrita espere un pronunciamiento a su favor de parte estos gremios, no; es a uno, el espectador desprevenido de nuestro escenario político, a uno, el analista formado dentro del barrio a quien le llegan estas reflexiones. El miedo a distanciarse  de lo convencional,  de apoyar la verdadera guerrilla cultural  los desalma y los hace guardar silencio.

Por otro lado esta el interés de algunos sectores opositores y sus medios de comunicación de querer vincular a estos cultores, hijos  de la irreverencia y rebeldía con instituciones del gobierno, señalando que son asalariados de estas y que sus obras en las paredes de los barrios o calles de Caracas forman parte de la dirección de algún ministerio financiador; muchos compañeros han entrado por esa puerta, es cierto y ¿por que no?, yo prefiero saber de un grupos de jóvenes de los nuestros enfrentando desde dentro a las instituciones y  las desviaciones de estas  a que esos espacios siguán en manos de la contra revolución. 

Lo insano es que la institución los haga parte de su engranaje de burocracia e ineficiencia.

Pero en lo que respecta al pintor de la Coromoto, Patrona de la Piedrita se de buena fuente que no es el caso, su pulso no obedece a institución alguna y una muestra de esto debería ser el silencio oficial  ante los detractores de la Coromoto armada.

Anibal Rodriguez