12 abr 2010

EL TRECE: LOS BARRIOS SE RESTEAN Y TOMAN MIRAFLORES






Amanecía en el 23 de Enero. El abatimiento y desconcierto de los días 11 y 12 se habían convertido en una gran arrechera y una inmensa necesidad de hacer algo. Temprano en la mañana de ese 13 de Abril empezamos a reunirnos con todos los vecinos en las calles de Barrio Sucre en la Cañada, el 23 de Enero. En una improvisada asamblea mañanera todos los vecinos estábamos de acuerdo en que no podíamos quedarnos de brazos cruzados, los sangrientos sucesos del 11 y las asquerosas imágenes de la televisión el día 12, habían calado en lo mas hondo de todos nosotros alimentando una enorme resistencia hacia lo que estaba pasando y disparando la motivación necesaria que nos ayudo a salir del aturdimiento de los suceso previos al 13 de Abril.
El día anterior, 12, un gran cacerolazo en desprecio hacia los usurpadores del poder en Miraflores había resonado por todo el 23. Acabábamos de enterarnos de la emboscada de agentes de la PM a Alexis Gonzales en el sector la Cañada cuando regresaba con compañeros de la Coordinadora Simón Bolívar de puente Llaguno. Había empezado una feroz persecución contra todo lo que representara al chavismo, las imágenes de detenciones de funcionarios, allanamientos a casas del MVR, el asalto a la embajada de Cuba, arresto y encarcelamiento de camaradas que habían estado en puente Llaguno, era una muestra de que la cacería empezaba
Bajamos de Barrio Sucre con ese sobresalto, con ese desasosiego que los acontecimientos habían sembrado en nosotros. Estuvimos tres horas fuera del barrio ese día 12. Habíamos estado arengando a la gente dentro de las estaciones del metro. La acción la ejecutábamos durante horas de la tarde, entrabamos, veíamos la cantidad de personas y empezábamos a arengar a los usuarios dentro del vagón, “¡Compatriotas estamos en presencia de un golpe de estado, Chávez no ha renunciado, esta preso, debemos salir a las calles, hablen con sus familiares, sus vecinos, tenemos que armar el peo en las calle, compañeros llego la hora de la resistencia ¡” En sus rostros se veía la confusión, la rabia, el temor, nadie contestaba a nuestro discurso, pero en sus miradas veíamos que habíamos llegado con el mensaje, luego salíamos del vagón y abordábamos otro, habíamos decidido hacerlo solo hasta Bellas Artes, sabíamos que de Plaza Venezuela hacia el este conseguiríamos mayor resistencia, es la frontera .
Marchar hacia Miraflores fue la decisión de todo el barrio esa mañana del 13 de Abril, empezamos la movilización. Ya en las inmediaciones del bloque siete se nos unieron cientos de personas que también venían de sectores del Mirador, La Sierra Maestra, Los Arbolitos, Santa Rosa, La Piedrita y otras comunidades, era una muestra que en todos los barrios habían dado asambleas populares y la decisión era la misma: bajar a Miraflores. Antes de llegar a la avenida Sucre la multitud era inmensa, la gente bajaba de los edificios, de los demás barrios y se unía al levantamiento popular. Abajo en la av., Sucre, vecinos de La Pastora, de los sectores Los Robles, Lidice y Manicomio así como desde algunos bloques del 23 mantenían una verdadera batalla campal contra Policías Metropolitanos que disparaban a todos lados. Piedras, botellas, palos y todo lo que se podía lanzar llovía sobre los agentes de la represión del lado de la Pastora con tal contundencia que los mantenía en jaque, mientras que desde el 23 de Enero se les respondía plomo limpio obligándolos a replegarse. La multitud que bajaba de la parroquia logro tomar la Sucre a la altura de Paguita y al replegarse la PM ante la contundente resistencia de las comunidades se le abrió paso a la marcha que avanzaba por los lado de Agua Salud y que venia desde Catia y la que bajaba como un rio desde toda la Pastora, las calles fueron tomadas hasta llegar a Miraflores. Una promesa hecha el día doce empezaba a cumplirse
Ese día doce en las instalaciones del metro decidimos aventurarnos y pudimos llegar hasta Chacao llamando a la gente a las calles. Allí se me enfrento un individuo, todos sus rasgos y ropas eran característicos de la clase media, empezamos a discutir y yo al ver que podría estar en desventaja ya que veía en la cara de muchos pasajeros su solidaridad con el escuálido lo increpe a salir del vagón, pensando que el hombre tendría miedo y no accedería, pero me equivoque, el carajo se bajo del vagón con migo y nos tranzamos en una discusión en el anden de la estación Chacao,- “donde están los millones de chavistas que defendía la supuesta revolución, porque no salieron a pelear por su presidente”, -me gritaba,- yo solo atine a mencionarle, “espera y veras, no falta mucho para que los veas en la calle”. La situación se ponía tensa ya que los que estaban esperando el tren hacia el Este empezaban a gritar ¡fuera Chávez, fuera Chávez! y decidí tomar el de retorno al Oeste.
En segundos el palacio estaba sitiado por barrios y sectores populares, eran alrededor de las 10 de la mañana del día trece, el Oeste rodeaba Miraflores, éramos los primeros en llegar. Para nuestra sorpresa los soldados nos hacían señas de que no nos fuéramos, que buscáramos más gente, un cabo nos señala que abriéramos barricadas en la Baralt para que los golpistas no escapen y varios motorizados con parrilleros nos dirigimos a la av. Allí empezó la agitación de nuevo, cuando nos disponíamos a abrir barricadas, sendas camionetas nos envistieron rumbo a la cota mil, no hubo tiempo de trancar las calles, pero la historia del trece ya empezaba a escribirse en las calles y su verdadero autor había sido el pueblo

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